miércoles, 28 de mayo de 2014

Huerta y salud

Cuando hablamos de huertas, solemos imaginar la clásica imagen de una gran extensión de terreno con variedad de plantaciones y personas que la cultivan. Pero también es cierto que existían y existen las huertas familiares o comunitarias, incluso pequeñas plantaciones en chalés o casas de campo. Los principales cultivos de estas huertas suelen ser las hortalizas, verduras, legumbres y hasta árboles frutales. 

El término "agricultura ecológica" está hoy en boca de todos aquellos que defienden los recursos naturales y el medio ambiente. Esta es una forma natural y económica de producir vegetales sanos y seguros sin pesticidas ni residuos y sin procedimientos que alteren sus condiciones naturales ni contaminen el medio circundante, que recrea un ecosistema que se sostiene con la diversidad de los cultivos, la rotación de estos y la aportación de abonos orgánicos.

La interrelación entre huerta y escuela es fomentada en muchos países, ya que el buen rendimiento de los niños depende, en gran parte, de una alimentación saludable. Aquí, el centro educativo, como parte de la comunidad, puede ayudar a promover la salud familiar y a modificar costumbres alimenticias impartiendo nociones básicas de nutrición y de agricultura, como recurso sostenible, y proponiendo el cuidado y la restauración del medio ambiente. Esta enseñanza incluye también nociones sobre los ciclos de la naturaleza, los sistemas de regadío y las cuencas hídricas, además del reciclado del agua y de los desechos.

Con el paso de los años, al evaluar la repercusión de la educación en la sociedad, se puede advertir que el beneficio logrado es muy importante: Niñas y niños han cambiado sus menúes y hábitos, y se puede constatar un aumento en la ingestión de verduras, frutas y ensaladas.

Además, debemos señalar su efectividad como terapia ocupacional: Como es una actividad productiva, motiva el dominio de la persona y su entorno, y genera sentimientos de responsabilidad y suficiencia. Como se trata de una actividad gratificante, no genera conflictos a la hora de participar y compartir, y potencia la satisfacción de poder recoger los "frutos" del trabajo realizado.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la ingestión de verduras, frutas y legumbres porque estos alimentos son una fuente natural de:
- Fibras: Favorecen el transito intestinal y ayudan a disminuir el colesterol. Brindan sensación de saciedad y contribuyen a evitar la obesidad.
- Vitaminas: Nutrientes esenciales que, al no ser sintetizadas por el organismo, deben de ser incorporados con los alimentos. Pueden ser hidrosolubles (A, D, E, K) y liposolibles (B1, B2, B3, B9, B6, B12 Y C). 
- Minerales: Forman parte de nuestro organismo y ayudan al funcionamiento de las células (hierro, zonc, calcio, potasio, sodio, yodo, magnesio).
Dr. Carlos Köhler (MI 67) 


Huerta y salud

Cuando hablamos de huertas, solemos imaginar la clásica imagen de una gran extensión de terreno con variedad de plantaciones y personas que la cultivan. Pero también es cierto que existían y existen las huertas familiares o comunitarias, incluso pequeñas plantaciones en chalés o casas de campo. Los principales cultivos de estas huertas suelen ser las hortalizas, verduras, legumbres y hasta árboles frutales. 

El término "agricultura ecológica" está hoy en boca de todos aquellos que defienden los recursos naturales y el medio ambiente. Esta es una forma natural y económica de producir vegetales sanos y seguros sin pesticidas ni residuos y sin procedimientos que alteren sus condiciones naturales ni contaminen el medio circundante, que recrea un ecosistema que se sostiene con la diversidad de los cultivos, la rotación de estos y la aportación de abonos orgánicos.

La interrelación entre huerta y escuela es fomentada en muchos países, ya que el buen rendimiento de los niños depende, en gran parte, de una alimentación saludable. Aquí, el centro educativo, como parte de la comunidad, puede ayudar a promover la salud familiar y a modificar costumbres alimenticias impartiendo nociones básicas de nutrición y de agricultura, como recurso sostenible, y proponiendo el cuidado y la restauración del medio ambiente. Esta enseñanza incluye también nociones sobre los ciclos de la naturaleza, los sistemas de regadío y las cuencas hídricas, además del reciclado del agua y de los desechos.

Con el paso de los años, al evaluar la repercusión de la educación en la sociedad, se puede advertir que el beneficio logrado es muy importante: Niñas y niños han cambiado sus menúes y hábitos, y se puede constatar un aumento en la ingestión de verduras, frutas y ensaladas.

Además, debemos señalar su efectividad como terapia ocupacional: Como es una actividad productiva, motiva el dominio de la persona y su entorno, y genera sentimientos de responsabilidad y suficiencia. Como se trata de una actividad gratificante, no genera conflictos a la hora de participar y compartir, y potencia la satisfacción de poder recoger los "frutos" del trabajo realizado.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la ingestión de verduras, frutas y legumbres porque estos alimentos son una fuente natural de:
- Fibras: Favorecen el transito intestinal y ayudan a disminuir el colesterol. Brindan sensación de saciedad y contribuyen a evitar la obesidad.
- Vitaminas: Nutrientes esenciales que, al no ser sintetizadas por el organismo, deben de ser incorporados con los alimentos. Pueden ser hidrosolubles (A, D, E, K) y liposolibles (B1, B2, B3, B9, B6, B12 Y C). 
- Minerales: Forman parte de nuestro organismo y ayudan al funcionamiento de las células (hierro, zonc, calcio, potasio, sodio, yodo, magnesio).
Dr. Carlos Köhler (MI 67)